El Italiano y la Alemana en la cabaña (2)
...Ella, con tremenda sonrisa dibujada en su rostro, seguía haciéndose cargo de mi pene; sacando hasta la última gota de semen...
Recuperé los sentidos tras aquel arrebato de lujuria y pasión con Renate. Sentía su cuerpo tan cercano al mío, como la estructura de moléculas en el grafito, así de cerca; así de juntos. Su piel, tan suave al contacto de mi cuerpo, se asemejaba a la piel de un bebé, simplemente algo de lo que, por lo menos yo, no desearía nunca separarme. Su exhalación se encontraba con mi pecho, sentía sus manos y brazos abrazarme.
Abrí los ojos poco a poco para encontrarme directamente con la expresión durmien...