Una pequeña trampa
Mi corazón dio un vuelco cuando descubrí que uno de mis cuentos era firmado por alguien desconocido...
Era mi quinto intento, y del otro lado del teléfono no había respuesta. No sabia con quien me iba a encontrar. Hombre, mujer..., no lo quería pensar. Mi enojo solo buscaba un explicación y esta sólo me la daría aquella persona de nombre V. Mullen, quien firmaba unos de los cuentos que me habían robado hacía un par de semana.
Cuando leí uno de mis cuento en la Zona de autores nuevo de un diario matutino, mi corazón se estremeció de alegría, pero muy rápido caí en cuenta de que nunca había enviado...