Una llamada de teléfono
Hay veces que te das la libertad de sorprender a quien te llama.
El teléfono empezó a sonar. ¡Que pronto empezaba el día hoy!
Apenas acababa de entrar en el despacho y maquinalmente descolgué, sin muchas ganas. La voz al otro lado sonó algo ronca, pero me animó al instante.
A - ¡Buenos días!
Su voz al teléfono sonaba somnolienta.
B - ¡Buenos días, corazón! Veo que te levantas pensando en mí.
A - ¿Cómo sabes que me acabo de levantar?
B – Por tu voz, supongo que lo estás haciendo ahora.
A – ¡Pues te equivocas! Aún estoy en la cama....