Las noches mexicanas (V: Quinta noche)

Esta noche se encontraba súper sexy, su dueño llegaba con un hombre duro que no conocía. Estaba asustada porque hablaban de una deuda que tenía su amo y sometida a su poder se convertía en su juguete.

A la noche siguiente, cuando se abrió la puerta yo me había puesto un conjunto de lencería negra y medias de lycra haciendo juego. Estaba tendida en la cama cuando les vi llegar. Era mi dueño con otro hombre al que no había visto antes. Ambos vestían batas negras y se les veía alegres por efecto del licor. Mi dueño me dio un beso en la boca y me presentó a su compañero: "Cada vez te veo más bonita Melly... Mira, te presento a un socio en el negocio...", ya estaba acostumbrada a que los hombres no reve...

Las noches mexicanas (IV: Cuarta noche)

Esta noche tendría una visita especial, sería una sorpresa le susurró Alejandra acercando su rostro a su oído. No sabía a que se refería, pero tampoco tardó mucho en descubrirlo.

A partir del día siguiente me trasladaron a otra zona de la casa. Eramos un grupo más pequeño de mujeres y nos daban comida diferente. Alejandra me buscaba cada cierto tiempo para darme unas pastillas y platicar un poco. Yo seguía preguntándome acerca de ella, pero no me atrevía a decirle nada. Por la noche, luego de cenar, la dueña de casa me llevó a una recámara en el segundo piso y me dijo que de ahora en adelante sería para mí. Era pequeña pero muy cómoda, me puse muy contenta a curiosear y encont...

Las noches mexicanas (III)

No tenía vendas en los ojos y a la sorpresa de poder ver a su dueño se le sumaba la excitación de tener a Alejandra a su lado susurrándole instrucciones.

"¡Hola! Me llamo Alejandra" me dijo sonriendo. Era un poco más baja que yo, su cabello castaño oscuro le caía en suaves ondas sobre los hombros. Sus ojos claros enmarcaban una nariz larga pero muy bonita. Al igual que yo llevaba una bata corta de un material parecido a la seda. "Hola" le dije, "yo soy Melissa" le contesté con una sonrisa también. Estábamos las dos solas en una recámara muy bonita, adornada con cortinas azules y con un piano pegado a la pared del fondo. "Sí" me dijo, "tú eres la peruana ¿es...

Las noches mexicanas (II: Segunda noche)

Volvieron a vendarle los ojos, Se sentía como una yegua que se había rendido, aceptando la voluntad de sus dos amos. Cualquier cosa que le hubiesen pedido se las hubiese concedido sin chistar.

Luego de una cena ligera, la dueña de casa me llamó aparte y en silencio me condujo a una alcoba del segundo piso. Mientras nos retirábamos, noté que algunas de las otras mujeres me sonreían o me miraban con gestos de envidia. Sobre la cama había un juego de lencería muy sexy de mi talla. Mientras me desnudaba para ponérmelo, me explicó que esta noche mi dueño me iba a rentar a dos amigos suyos por 300 pesos cada uno. "Es una forma de recuperar la inversión que hizo contigo" añadió con una ligera sonrisa. "...

Las noches mexicanas (I: Primera Noche)

Se desnudó, le vendaron los ojos y pagaron por ella. Le quedaba mucho que aprender, le decía su amo, ya que era todo nuevo para ella.

Todas las mujeres nos fuimos a una de las alcobas de la casa para desnudarnos. Luego la dueña de casa nos dio a cada una un brazalete de tela negra con un número y una venda del mismo color para los ojos. Cuando estuvimos numeradas y cegadas por las vendas nos hicieron ir a tientas de vuelta hacia el salón donde nos esperaban los hombres. Allí sentí como nos tocaban por todas partes mientras hacían diferentes comentarios sobre nuestros cuerpos. Comenzaron a subastarnos una por una. Recuerdo que por mí pugna...