Melinda, infiel por decreto (6)

En contados segundos quedé abotonada por mis dos orificios principales...

Mi marido a los dos años de casados ganaba suficiente dinero para tener una casa cerca del mar, lo insté a que comprara una, no sólo nos capitalizábamos, también tendríamos un lugar estable para pasar las vacaciones de verano y hacernos alguna escapada durante el año.

La idea le pareció excelente, y se puso en campaña en buscar una buena oportunidad, hasta que llegó ese día.

Recuerdo que en ese momento, yo tenía recién 22 años, me había casado a los 20 con un hombre 20 años mayor que yo, as...

Melinda, infiel por decreto (el mecánico 4)

El mecánico, Paco, ¿qué más se puede hacer cuando se es joven bella y putita?

Subí al auto de Paco, en el preciso momento en que el mecánico doblaba la esquina para irse a su casa.

Paco, me abrió la puerta del auto y me ayudó a entrar, él se sentó a mi lado y en silencio puso el motor en marcha. Sin decir palabras, comenzó a andar por las calles ya casi desiertas.

En la esquina, puso su mano entre mis piernas y se comenzó a jugar con mis medias.

-Melinda, niña mmmmmmm, has logrado hacerme calentar mucho, eres una putita terrible, quiero comerte a solas. Soy un...

Melinda, infiel por decreto (el mecánico 3)

Mi madurito amante mecánico, trajo para darme le gusto a su amigo Paco, el mirón.

Melinda infiel por decreto. (El mecánico y Paco, el mirón de su amigo)

Mis encuentros calientes con el mecánico se hicieron casi cotidianos, empezamos a vernos una vez por semana, luego lunes, miércoles y viernes, eran encuentros de puro sexo, no parábamos de coger y de chuparnos. El mecánico estaba descuidando mucho a su esposa por darme sexo a mi, un día me lo confesó..., su esposa le recriminaba que ya ni siquiera la miraba.

-Es que tú Melinda, me dejas seco, después de un encuentro con...

Melinda, infiel por decreto (el mecánico 1)

Así empezó mi debilidad por los maduritos, mmmmmm, ¡qué rico!.

Melinda

Gracias a todos los correos recibidos,  por si no me reconocen les sugiero que por favor lean los relatos de Melinda,  infiel por decreto.

Muchos de los correos que recibo,  me piden que les cuente algo de mi adolescencia,  pues bueno,  cumpliendo con esos pedidos, les cuento...

A los 18 años,  ya era toda una mujer,  en todos los aspectos. Tenía un físico exuberante,  piernas largas y torneadas,  mi cabello largo, pasaba mi cintura, piel blanca, ojos celestes, labios carnoso...

Melinda, infiel por decreto (el mecánico 2)

A partir de aquí los que siguen mis relatos, sabrán el por qué de mi debilidad por se muy cogida por los maduros.

Sigo contando algo de mi adolescencia, quizás por esto sepan el por qué de mi debilidad por los hombres mucho mayores que yo.

Gracias a todos, por sus correos y por sus comentarios, que me ayudan a crecer. Besos para todos.

Al dejar el taller del mecánico, me fui rápidamente hacia mi casa, encontré a mi hermano que ya se iba hacia la facultad.

-¿Qué harás por la tarde Melinda?

-Ya mismo me voy a dormir una buena siesta, me levanté muy temprano y estoy agotada.

-Ok, te veo e...

Melinda, infiel por decreto (5)

La llevé a mi boca, y me la tragué, no entraba toda, era muy grande, y muy dura. ¡Qué rica verga me estaba comiendo!

Melinda, infiel por decreto. (5) Fue un día complicado, no pude ir a trabajar,  pues mi hermano me necesitaba,  su señora estaba internada a punto de dar a luz.

-Por favor Melinda, necesito que vengas urgente a casa a darme una mano.

-Tranquilo hermano, ya sabes que si, pero recién llegaré mañana, el horario del bus es nocturno.

-Ok, te esperaré en la estación.

-Besos hermano a tí y a toda la familia.

LLamé a mi marido, y le comenté que debía viajar urgente a la ciudad don...

Melinda, infiel por decreto (4)

Me había penetrado por todas partes, y su lengua no se privó de chuparme cada milímetro de mi piel.

Melinda, infiel por decreto. (4)

El domingo a media mañana apenas me levanté, fui a la cocina a preparar el desayuno, lo más probable era que mi marido y suegra siguieran durmiendo la mona hasta después de mediodía.

Mientras preparaba el desayuno, empecé a recordar paso por paso la tremenda cogida que me había dado Arturo, el marido de mi suegra.

Me había penetrado por todas partes, y su lengua no se privó de chuparme cada milímetro de mi piel, recorrió toda mi osamenta de punta a pun...

Melinda, infiel por decreto (3)

Melinda, sigue tumbando muñecos maduros, je, esta vez ni se salvó el suegro.

Melinda, infiel por decreto. (3)

Ese sábado, antes de ir a buscar a los clientes que venían a la ciudad a comprar las antigüedades, estábamos desayunando mi esposo y yo, él estaba sumido en la lectura del diario, mientras leía las noticias me preguntó:

-¿Qué harás en el día de hoy Melinda?.

-Ya te dije, debo ir a buscar a unos clientes al hotel para llevarlos a la tienda de antigüedades, y luego llevarlos a almorzar.

-Entonces me iré con Adolfo a jugar golf.

-Si, ve tranquil...

Melinda, infiel por decreto (2)

Mi debilidad por los hombres mayores, tiene su explicación...

Hasta las cenas eran aburridas con mi marido, estábamos cenando, mi esposo mientras comía, revisaba el borrador de un nuevo contrato, le dije que debía hacerlo en su oficina y con una sonrisa inocua, me contestó que era imposible, pues estaba desbordado de trabajo, y no le quedaba tiempo.

Yo me sentía muy relajada, los viejitos entre los dos, me habían hecho tener muchos orgasmos a lo largo de la jornada laboral, desde que les daba y pedía sexo, los dos eran los primeros en llegar, y nos íbamos l...

Melinda, infiel por decreto

Siempre tuve debilidad por los hombres mayores...

Mi nombre es Melinda, soy una mujer casada, de 30 años, aún sin hijos.

Trabajo en una casa de antigüedades, desde hace diez años, mi horario laboral es de corrido, de las 9 a.m, hasta las 17 p.m.

Los sábados normalmente no se trabaja, salvo excepciones, que venga un cliente importante, para mostrarle las antigüedades exquisitas y de muy alto precio que posee el comercio.

Les cuento que mi marido es un hombre de 50 años, bastante bien parecido, aún conserva todo su pelo y siempre tuvim...