Aventuras en el metro
El metro se puso en marcha, y ella iba a recibir unos de los mejores viajes que había tenido en toda su vida". Marina y Cristian se conocen y viven unos de los mas grandes placeres de su vida
Su cabello rebotaba de hombro a hombro, produciéndole pequeñas cosquillas mientras corría. Se oía sus taconazos por todo el extenso pasillo subterráneo. Otra vez tarde al trabajo.
- ¡No! –gritó al ver que el metro cerraba las puertas.
Maldijo, ya imaginando la bronca que le echaría su jefe al llegar a la empresa. Aturdida, se sentó en un banco cercano. Su pecho subía y bajaba con rapidez hasta que al cabo de un rato empezaba a tener una respiración regular.
Pensó que tal vez debía coger...