Desvirgué a una abuela

Una compañera de trabajo de chantajea haciendo que sea su esclavo sexual para no perder mi trabajo

Era agosto, hacía mucho calor y la ciudad estaba casi desierta. A mí, como casi todos los años, me tocaba trabajar. La verdad es que lo prefiero, no están mis jefes ni la mayor parte de mis compañeros, de hecho, estoy solo en una parte del edificio. Como no está mi jefe, tampoco es que haya mucho que hacer, si no fuera por todo lo que me encargó antes de irse, simplemente reorganizar el sistema de archivo de la oficina en tres semanas, casi nada, sobre todo con las ganas que yo tenía de hacerlo, pero bueno,...

Mi mujer me permitió hacer lo que había fantaseado

Aproveché mi cumpleaños para convencer a mi mujer para hacer todas las fantasías que había elaborado durante el verano, sobretodo el sexo anal.

Era agosto, mi mujer Lucía y mi familia se habían ido de vacaciones a casa de mi suegra y me había quedado solo durante tres semanas porque tenía que trabajar. Durante ese tiempo, aburrido como una ostra, me había pasado los ratos que estaba en casa delante del ordenador porque la televisión era insufrible, jugando a juegos on-line, haciendo solitarios y, sobre todo, viendo y leyendo porno, porque los relatos eróticos dejan volar la imaginación y me excitan aún mas que el visionado de videos que muchas vece...