Desvirgué a una abuela
Una compañera de trabajo de chantajea haciendo que sea su esclavo sexual para no perder mi trabajo
Era agosto, hacía mucho calor y la ciudad estaba casi desierta. A mí, como casi todos los años, me tocaba trabajar. La verdad es que lo prefiero, no están mis jefes ni la mayor parte de mis compañeros, de hecho, estoy solo en una parte del edificio. Como no está mi jefe, tampoco es que haya mucho que hacer, si no fuera por todo lo que me encargó antes de irse, simplemente reorganizar el sistema de archivo de la oficina en tres semanas, casi nada, sobre todo con las ganas que yo tenía de hacerlo, pero bueno,...