¡No sé qué hacer!
Una afligida chica, quien cae una y otra vez en la tentación de satisfacer los impulsos sexuales de sus sobrinitos y primitos jóvenes, acude al consejo de un hombre con muchos años de experiencia. La recomendación es
¡No sé qué hacer!
Cansado de estar tanto tiempo parado, es decir desempleado, un buen día decidí sacar utilidad a mi larga experiencia y me dediqué a la orientación sentimental y sexual vía Internet. Confeccioné un sitio web sencillo y habilité una casilla de correo electrónico. Establecí tarifas con precios muy módicos y advertí que, si bien no tenía títulos profesionales en el rubro, sí contaba con 969 años de experiencia o veteranía, como quieran ustedes llamarlo. Todo iba sobre rieles. En mi...