Los sonidos de una oficina

Una aventura muy excitante: era tarde en la oficina y apareció ella.

No dejaba de pensar en ella, no podía evitar imaginársela sola, perdida entre papeles, mesas y monitores de ordenador. Como de costumbre, había tenido que quedarse hasta más tarde de lo habitual, era el inconveniente de ser la persona de confianza de una empresa, y seguramente estaba harta de todo, de muy mal humor y con muy poca predisposición a nada. Así las cosas, no pudo evitar sonreír: desde luego iba a ser toda una sorpresa.

El tiempo parecía arrastrarse, problemas de no poseer vehíc...