Hermandad
Una chica hara lo que sea por ser aceptada por una hermandad.
Esto me ocurrió cuando tenía 19 años y fui a estudiar un año a una universidad norteamericana.
En mi país siempre fui una chica muy popular con una gran vida social —algo lógico teniendo en cuenta que soy alta, rubia y guapa, aunque esté mal que lo diga yo—, pero allí tuve grandes problemas para integrarme porque todo giraba en torno a las “hermandades”, una especie de sociedades estudiantiles con normas de ingreso muy restrictivas.
Con el fin de abrirme camino y ocupar el lugar que me correspon...