Hicimos de todo esa noche

Te mire a los ojos, sonreí y empecé a besarte el cuerpo, cada beso iba un poco más abajo, bese el interior de tus piernas, pase mi lengua alrededor de tu pene pero sin tocarlo y así volví a subir hasta tu cuello...

Estábamos juntos recostados en la cama, solo uno al lado del otro, hablamos de distintas cosas, el día había sido largo y fue entonces que pusiste una mano en mi pecho y lo acariciaste suavemente, respire muy profundo y trate de mantenerme tranquila, volviste  a hacerlo pero esta vez de una manera un poco más insistente, “si estoy tratando de excitarte  por si pensabas lo contrario”  me dijiste, esas palabras hicieron que sintiera un punzada entre mis piernas, y que quisiera que empezara a acelerar las cosa...