Mi querida Sonia 5
Este es el final de la historia. Si vuelvo a escribir algo, será inventado
Mi querida Sonia 5
Allí tenía a Sonia. Atada a la cama y desnuda. Me quedé observándola largo rato. Me excitaba ver cómo bebía y comía de los cuencos, igual que una perra. Después de comer, Raquel la sacó al patio interior y la calentura continuó cuando se acercó a unas matas y se puso a orinar. Me estaba calentando con la situación. Raquel sacó una manguera y la roció “para limpiar a la perrita”. En ese momento, llamaron a la puerta.
-Me olvidé –dijo Raquel-. Ayer me instalaron de nuevo la cone...