Un buen polvo y una buena paja

Nunca había estado tan caliente... estabas follandome como nunca...no paraba de correrme, pero de repente...

Estábamos de pie en la puerta de la habitación. Nos besábamos como dos locos desesperados, habíamos comenzado a meternos mano en el ascensor y cuando llegamos al piso ya estábamos muy excitados. Su lengua se metía en mi boca, y jugaba con mi lengua, al tiempo que sus manos tocaban todo mi cuerpo sobre la ropa. A esas alturas mis braguitas hacía rato que se encontraban muy mojadas, muchísimo...

Apresuradamente le quité el jersey, él desabrochaba los botones de mi blusa y nuestras bocas no se sepa...

Con el repartidor del super

Nunca podría haberme imaginado que aquel dia el repartidor del super iba a follarme de aquella forma...!

La verdad es que lo más cómodo de comprar en ese supermercado era la rapidez con la que traían el pedido al domicilio y la diferencia enorme de precios con los demás de la zona. Ese Sábado fui a primera hora a comprar las cosas necesarias para la semana y de ahí me fui corriendo a casa a esperar todo, sabiendo que llegarían enseguida. A los veinte minutos de llegar a mi casa sonó el timbre y era el repartidor. Me dio algo de pena la cantidad de cosas que traía, la cantidad de canastos que debía carga...

Al llegar a casa...

Llego a casa agotada, pero él me está esperando para hacer que se me olvide el cansancio... y lo consigue con un polvazo de los buenos...!

La puerta sé cerro detrás de mi y avance hacia el salón, pero sus manos me retuvieron agarrando mi cintura. No moví ni un dedo esperando sus reacciones. Senti su aliento en mi nuca, sus brazos se cerraron aun más rodeandome y acercandome a su piel mientras sus labios se posaban en mi hombro.

La piel se me erizaba y no pude resistir la tentacion de echar mi cuello hacia un lado y ofrecerle esa porcion de piel que tengo tan sensible.

Sus labios aprovecharon la oportunidad y jugaban con la pie...

Polvo tras polvo...

Un sábado cualquiera le conozco en un bar. Pronto acabamos follando en los aseos, pero la noche no termina ahí...

Era un fin de semana. Como cualquier otro sábado, quede con mis amigas para tomar algo. Salimos por los bares de siempre, tomamos unas copas, hablamos, bailamos como solemos hacer normalmente pero fue en un bar a eso de las dos cuando sucedió algo fascinante. Mis ojos se fijaron en un chico que por alguna razón destacaba entre la gente. Él se dio cuenta que yo le observaba y decidí acercarme a conocerle. Me contó que se llamaba Andrés y que estaba de paso en la ciudad, había venido por motivos de trab...

Gracias al Messenger

Mi compañero de trabajo y yo empezamos a calentarnos a traves del messenger para luego convertir lo virtual en real en los aseos de la oficina.

Era viernes por la tarde. Las 17h mas o menos. Estaba aburrida y caliente en el trabajo y me conecté al messenger para ver si algún chico saciaba la necesidad que tenía de notar una buena polla dentro de mi. Uno de mis compañeros de trabajo estaba conectado. Él estaba en otro despacho diferente al mío así que decidí jugar con él. Me pareció excitante la idea de estar ambos tan cerca, calentándonos a través del ordenador y llegado un momento de máxima excitación hacer lo virtual real.

Marta dice:...

Follando en el pinar

Desde la carretera vimos aquel pinar... No podiamos seguir aguantando las ganas de follar, así que los pinos fueron testigos de aquel polvo...

Hacía una tarde estupenda y decidimos detener el coche junto a un pinar que habíamos divisado desde la carretera. La comida, copiosa, nos había dejado el cuerpo algo aletargado, aunque la bebida, también abundante, agudizaba nuestros sentidos, invitándonos a gozar del placer del sexo así que… para qué desaprovechar el momento…?

En nuestras mentes se debatía un duelo entre el descanso y el desenfreno.

Salimos del vehículo y sin hablarnos nos sentamos bajo la sombra del pino más frondoso que...

En la bañera

Ocurrió ayer en la bañera de mi casa... y disfruté tanto con aquel polvo, que necesitaba contarlo...!!

Nos metemos juntos en la bañera y empecé a frotarme con la esponja mis tetas mirándole fijamente a los ojos. Tú empezaste a acariciarme la espalda, a juguetear con mi negra melena. Me besabas apasionadamente, como si estuviésemos los dos sedientos de besos. Bajaste hasta mis tetas duras y empezaste a chuparme los pezones que por el agua que caía sobre ellos y la excitación del momento, se habían puesto muy erguidos. Ufffsss…yo me estaba derritiendo de placer y mi boca emitía unos suaves gemidos. Desli...