Un buen polvo y una buena paja
Nunca había estado tan caliente... estabas follandome como nunca...no paraba de correrme, pero de repente...
Estábamos de pie en la puerta de la habitación. Nos besábamos como dos locos desesperados, habíamos comenzado a meternos mano en el ascensor y cuando llegamos al piso ya estábamos muy excitados. Su lengua se metía en mi boca, y jugaba con mi lengua, al tiempo que sus manos tocaban todo mi cuerpo sobre la ropa. A esas alturas mis braguitas hacía rato que se encontraban muy mojadas, muchísimo...
Apresuradamente le quité el jersey, él desabrochaba los botones de mi blusa y nuestras bocas no se sepa...