El cerdo de mi jefe

Nunca pensé que me fuera a gustar obedecer a mi jefe, hasta que le ví.

Cuando entré a trabajar en el despacho ya me lo advirtieron, Don Carlos, director general de la empresa era un cerdo que acosaba a las empleadas e incluso que las echaba si no accedían a practicar todo tipo de cerdadas con él. La verdad es que me plantee no coger el trabajo, porque teniendo e cuenta el tamaño de mis tetas (inversamente proporcional al largo de mi minifalda) y lo que me ponen los hombres con poder...ya veía el lío montado. Pero me imaginé que el tal Don Carlos sería un viejo verde y qu...