Me comió el culo por las tragaperras (II).

El viejo y su sobrino gordinflón me llevan a la casa de mi amiga Elena, compañera del gim y de las tragaperras, que también han caído en sus garras. Nos someten a las dos a sus caprichos y nos ofrecen a un negro con una polla descomunal. El vicio del juego y las tragaperras tuvo la culpa.

Había pasado una semana desde la visita del amigo del viejo del salón de juegos. Estaba todavía aturdida y desconcertada. Recibí un mensaje en mi wasap, me citaron en la puerta del número 24 de mi calle. Me sorprendió porque en ese portal vivía mi amiga Elena, mi compañera del gimnasio y de las tragaperras. Ella es una mujer de 45 años, morena, alta y degaducha. Una mujer normalita, sin grandes atractivos, eso sí con un culazo duro trabajado en el gimnasio.

Cuando llegué al número 25 vi en la puerta a...

Me comió el culo y el chocho por las tragaperras

Marisa, una mujer casada con un cuerpo espectacular, está enviciada con las máquinas tragaperras. Para que su marido no se enteré del dinero que pierde se ve sometida a los deseos más sucios y turbios de un desconocido.

Me llamo Marisa, tengo 44 años, estoy casado con un ingeniero de telecomunicaciones que trabaja en una empresa importante. Digamos que soy su trofeo, le gusta pasearme delante de sus amigotes y presumir de mujer. Soy una mujer que impresiona a los hombres a primera vista. Desde que me casé a los 25 años no he trabajado. Me cuido, voy al gim y al club de tenis. Me mantengo muy en forma. Tengo unas buenas tetas (95), una cintura fina y un culo bien formado. Noto la mirada de deseo de los hombres cuando camino...