Medievo IV - El viaje
Sin esperármelo, me veo inmersa en un trío entre mi Señora, su padre y yo.
Apenas llevábamos unas millas cuando Don Roque empezó a preguntarme sobre mi pasado, mientras acariciaba el muslo de su hija sentada a la derecha. Le di vaga información de que había quedado huérfana y al no tener futuro en mi villa natal me vi obligada a salir de ella hasta que me topé con las caritativas hermanas que me pusieron al servicio de su hija. Él escuchaba atento intentando descubrir cuanto de verdad tenía mi relato y cuanto le ocultaba.
Su hija estaba inquieta con tanta charla. El traquete...