Menuda noche de -marcha-
Sofía es una chica confiada, demasiado filantrópica, que piensa que todo el mundo va de buen rollo. Se dará cuenta bruscamente que no viene mal en la vida una buena dosis de desconfianza.
Sofía tenía ganas de salir de marcha aquella noche. Había comprado una botella de whisky y, en la soledad del salón de su casa, viendo que el tiempo pasaba y ninguna amiga le llamaba, optó por tomar ella la iniciativa.
Una tras otras otra, por alguna u otra razón, las amigas de Sofía le respondían con negativas a su propuesta; algunas ya estaban comprometidas esa misma noche, otras no respondieron al teléfono, tal vez porque estaban ya de marcha o bien porque sus móviles estaban desconectados.
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