El gusto por detrás
El descubrimiento de unos CDs que ocultaba mi novio descubren su afición por el anal que pronto convierto en mi obsesión personal.
Aunque no llegamos a casarnos, mi vida con Eduardo era prácticamente matrimonial. Nos fuimos a vivir juntos después de tres años de novios a una casa que tenían sus padres por el centro. Yo estaba encantada con la idea de salir de mi casa y sobre todo de vivir con él pues estábamos realmente bien.
Con el tiempo y la convivencia nuestra vida se fue haciendo más monótona y rutinaria pero no por ello menos feliz. Es más, creo que con el tiempo cada vez estaba más a gusto con Eduardo.
Mi nombre...