Mis dulce 19

En mi cumple 19 un señor mayor me enseño a ser suya, con todo el placer que eso significó para una niña viergen.

De nuevo frente al espejo, ya arreglada, repasaba los últimos detalles de su aspecto. Su figura alta y delgada dentro de aquel vestido de terciopelo color vino cobraba un aspecto casi mítico. No era provocador, aunque ceñía tanto sus senos y dejaba tanta porción de su espalda al aire que hacían inútil el uso de un sujetador. No era provocador, aunque ella, que se sabía bonita y sabía ponerse más guapa aún, dominaba con maestría el arte de saber provocar con él las miradas de jóvenes y adultos. Era una...