El accidente
Aunque esa persona te vuelva loca todo se puede esfumar
Lágrimas, resbalan por mi cara para suicidarse a través de la barbilla. Algunas las atrapa esa mano que provoca que me estremezca, otras no. Busco a mí alrededor, solo ella y yo, ocultas tras las montañas que nos proporcionan esa fortaleza que escasea.
-¡Mientes!- Escapa de mis labios.- No es verdad lo que dices.
Otra vez la mano recoge las lágrimas, pero yo retiro la cara, no quiero que me toque, ha recorrido muchas veces mi cuerpo y ya no será acariciado, no lo soporto.
Me levanto. ...