Perdiendo el control con mi hermano
Tras que mi hermano mayor sufriera un accidente, mis vacaciones de verano tomaron un giro inesperado.
Aquel verano, cumplidos ya los 18 años, pintaba bien para mí. Luego habérmelo currado mucho convencí a mis padres para que me dejaran ir a un viaje al mar con dos de mis entonces mejores amigas. A tres semanas vista, no tenía otra cosa en la cabeza que los preparativos del viaje y pasaba horas haciendo y deshaciendo la maleta, o acumulando en una interminable lista mental las cosas que sentía me hacían falta. De ahí que la tarde en que Ramón, apenas un año mayor que yo, sufrió el accidente y todos los demás...