Adicto al Sexo: La más facilona del local

Aunque hace menos de 24 horas que Nicolás se desahogó por última vez, ya está desando volver a catar hembra. No pierde el tiempo, quiere sexo y lo quiere ya, asi que buscará a la mujer apropiada para ello, una que no pregunte y que quiera lo mismo que él.

Luz tenue y parpadeante, risas, música alta, una multitud abochornante a su alrededor... chicas ligeras de ropa y principios...

Nicolás sonrió y dio un trago a la cerveza helada. En estos lugares se sentía como pez en el agua, pensó que así debían de sentirse los cazadores de la antiguedad cuando con maestría eficacia, acechaban y abatían a sus presas.

Aun fresco en su memoria estaba el trasero votante de... ¿como se llamaba? No lo recordaba, era pésimo con esos detalles, sin embargo, recordaba...

Adicto al Sexo; Fin de un Polvo

Nico es adicto al sexo, solo piensa en darle trabajo a su pene. Hoy ha conseguido mojar la salchicha... y está a punto de soltar todo el jugo.

Aferrando la carne con las manos, apretó los musculos de su estómago e impulsó las caderas con brio.

Sentía una fina linea de gotas de sudor en recorrerle la espalda, haciendole cosquillas justo antes de llegar a la rabadilla, pero no se daba cuenta. Lo único que sentía era su polla dura y enrojecida penetrar una y otra vez en aquel coño moreno y cubierto de vello.

Oia sus propios jadeos amortiguados, lejanos, al igual que los de ella. Lo único que importaba era que estaba a punto de innundarle...

Profesor y Alumna: El mito de la Caverna Erotica

El profesor tiene una alumna aplicada. Es un poco zorra pero muy avispada, le va a enseñar de todo lengua, matematicas, historia, idiomas... todo a golpe de leciones y mucha polla. Hoy se encargará de enseñarle "El mito de la Caverna" pero lo hará de un modo muy particular.

La Profesor se paseaba por el pequeño despacho, pensando, cavilando. Su alumna, ya adulta aunque joven se sentaba muy muy recta en la silla delante del pupitre. Con el cabello castaño y ondulado, unos ojos brillantes y cafés, ropa ceñida que apretaba sus despanpanates formas... el profesor levantó el brazo y se aflojó la corbata, empezaba a tener calor.

  • Imagina una caverna, una pared rocosa, oscura y poco iluminada -dijo paseándose a su alrededor, fijando la vista en esos pechazos apretujados bajo l...