Aprendiendo a complacer (3)

A Fran le gustaba el rollo dominador y no perdía la ocasión de llamarme puta, decirme guarra, o perra. Y a mí me encantaba que lo hiciera.

A Fran le gustaba el rollo dominador y no perdía la ocasión de llamarme puta, decirme guarra, o perra. Y a mí me encantaba que lo hiciera. Cuando tuvo mis tetas en sus manos se tiró a comerme una mientras me ordenaba que yo hiciera lo mismo con la otra. Tengo un par de tetas enormes y siempre he tenido complejo con eso, porque al ser tan grandes, digamos que no es que estén perfectamente puestas, como esas que lees en otros relatos, que son redondas, altas y bien colocadas.

Mis tetas, como ya di...

Aprendiendo a complacer (2)

Con cada coche que pasaba me ponía más y más nerviosa, por miedo a que me viera alguien conocido, por miedo a que algún desconocido me propusiera algo

Con cada coche que pasaba me ponía más y más nerviosa, por miedo a que me viera alguien conocido, por miedo a que algún desconocido me propusiera algo… realmente no sabía que era lo que más temía, pero estaba bastante cagada a la par que intentaba mantener una actitud altanera y decidida, como si eso de disfrazarme de puta y esperar en la esquina de un descampado fuera parte de mi día a día.

Recuerdo que aquel día era domingo, y serían las cinco o las seis de la tarde. Aquella tarde se corría la...

Tributo

Te gusta verme así. Lo sé. Sin ataduras ni esposas, pero a tu voluntad.

Te gusta verme así. Lo sé. Sin ataduras ni esposas, pero a tu voluntad. Mi único propósito es darte placer, de la forma que quieras. Y tú lo sabes. Por eso me haces esto. Disfrutas con mi sufrimiento, con mis gemidos de dolor. Y yo dejo que lo hagas, sin protestar, sin rebelarme, sometida a ti, pero sin poder evitar mis lamentos y mis gritos.

Mi pasividad contrasta con tu autoritarismo, mis chillidos y retorcimientos intentando, sin quererlo, escapar de ti frente a tu tranquilidad y calma. Sabes...

Descuidada

Una chica, dos chicos, un cuarto y una cama. Mucha inexperiencia por parte de ella, y todo surge, de forma... ¿natural?

Soy una chica lista. Siempre lo he sido. Nunca he necesitado estudiar para sacar buenas notas en los exámenes del instituto, ni para ser la mejor de la clase. Pero muchas veces me dejo llevar por el momento y luego lo acabo pagando. Soy muy lista, pero esta vez me comporté como una imbécil y ahora tengo que soportar a Martín y a David, y aguantar todo lo que ellos quieran hacerme si no quiero meterme en un lío aún más grande.

Todo empezó una noche de viernes, mi amiga Verónica se había hecho ínt...