La convivencia

De la noche a la mañana, una súbita obsesión se desata en mí.

La convivencia se había vuelto insoportable y necesitaba ajustar detalles para no terminar con ambos fuera de la casa inmediatamente.

El se limitaba a escuchar mis reclamos y a callar pero ella siempre me enfrentaba aún cuando callaba con su mirada rebelde.

Aquél día mi paciencia llegó a su límite y comencé a perseguirla por toda la casa marcándole las pautas de convivencia que no se cumplían, pidiéndole que cambiara algunos detalles mínimos que sabía que me incomodaban, suplicándole primer...