Corinne

Una vida rutinaria se cambia radicalmente cuando nuestra protagonista aprende a disfrutar de su cuerpo.

Me llamo María, soy una mujer de veinticuatro años, morena, tengo mi trabajo y apenas sé cocinar.

Mi vida era muy rutinaria, por supuesto sin caer en la mojigatería, hasta que descubrí a gozar con mi cuerpo. Todo empezó hace unos meses, cuando se quedó libre un piso en mi bloque por encima del mío. Lo ocupó una preciosa francesa de nombre Corinne. Desde la primera vez que nos vimos creo que nos caímos simpáticas. Recuerdo que fue una tarde de verano, venía de trabajar y coincidimos en el rellano...