En mi casa...
De cómo puedes llegar a tener una relación aunque creías que a tu edad era imposible...
En mi casa, además de mi marido y mis hijos, habita un personajillo peludo, con orejas tiesas, cuatro patas y rabo. Se trata de un perrillo adoptado de la perrera municipal, pequeño pero muy vivaracho y que está en continuo movimiento. Creo que no para ni siquiera para dormir, pues muchas veces le oímos gemir y ladrar entre sueños.
La siguiente vez que nos vimos, después del café que tomamos en un principio y de los escarceos que tuvimos en su auto, fue en mi domicilio. Era divertidísimo ver a J...