HIstorias de escalera II
Ser presidente de la comunidad no siempre es una tarea desagradable, sobretodo si te inspira una morbosa e imaginativa lectora.
Cada vez que recordaba la escena de la cocina con Elisa me ponía burrísimo. Nos había pillado follando en la cocina, y haciéndolo en plan salvaje. Y no se había ocultado. El morbo y el deseo le habían llevado a masturbarse como una voyeur y, lo mejor de todo, es que me había aguantado la mirada corriéndose como una perra en celo al escuchar mi orden. Brutal.
Tenía unas ganas enormes de volver a encontrarla en la escalera, pero era complicado. Mi horario laboral hacía que me fuese muy pronto de casa y...