El Librero.

Una chica descubre un mar de nuevas sensaciones tras su encuentro con un librero maduro.

Por culpa mi trabajo, tuvimos que buscar una librería antigua para grabar unas escenas. Tras varias negativas, una nos dio el si.

La regentaba un hombre entrado ya en los cincuenta años. Muy serio. Muy raro. De pocas palabras. Con una mirada que helaba la sangre.

Durante las grabaciones, el librero siempre estaba presente. Siempre clavando sus ojos en mi. Me ponía nerviosa, incomoda. Deseaba que se acabase cuanto antes ese trabajo.

Llego el último día. Por fin.

Mis compañeros recogie...