Clara

Ella me regaló aquella tarde de verano.

Mi tío tenía una casa a la orilla del mar. Cada verano pasaba quince días allí. Cuando era niño eran días largos y pesados. Me pasaba el tiempo deambulando entre personas adultas, jugando con el perro en el jardín o haciendo castillos de arena al borde del mar. Eran días aburridos, no había más niños, pero, mirándolo en la distancia con mucha nostalgia, tampoco estaba tan mal.

Cuando cumplí 17 años se me hizo más difícil tener que acompañar a mis padres en verano. Tuve que dejar a mis amigos del...

Reflejos dorados

Mirando desde su ventana...

Reflejos dorados

Andrés abrió los ojos sin saber por qué. La luz gris de un día más iluminaba el dormitorio. Giró la cabeza para ver que ya eran las 10:30 de la mañana. El silencio llenaba toda la casa. Los niños estaban en el colegio, su mujer probablemente habría salido. Se incorporó, se sentó en la cama y respiró profundamente con los ojos cerrados.

Hacía ya 3 semanas que había perdido su trabajo como periodista en una pequeña radio local. No fue buena idea enfrentarse a las ideas del n...

50 centímetros

50 centímetros puede ser mucha distancia.

Ella apareció marcando huella en su estómago. Dejó tras de si un raro aroma dulce y él no pudo hacer nada. Ella se mueve por la nieve como el viento, asciende por la ladera como el aire caliente. Su cara lleva el sello de lo imposible y su corazón de acero no le deja paso. En sus ojos brilla la luna de cada noche de jueves, iluminando el gris del asfalto con su pequeño cuerpo. Algunos kilogramos de magnetismo femenino que le arrastran sin remedio. Ella escribió en su alma la frase perfecta que hizo qu...

Metacrilato azul

Fantasías de una tarde aburrida.

A Marta

Esperaba que llegara el convoy de la línea de metro 10 en una tarde aburrida y triste. Era un día extraño. Poco movimiento en las calles, poca gente en el andén. Además llevaba toda la semana solo trabajando en casa y estudiando a la vez, sin tiempo ni para hacerme una mísera paja. La tensión de esa semana de mierda se unió a la cada vez más creciente calentura que me subía desde las pelotas hasta el estómago.

Aquella tarde decidí acabar con aquello y como no tenía ninguna amiga a...