Fumar es un placer
Vuelvo a retomar mis relatos de infidelidades. Espero que les guste también es esta ocasión.
Recuerdo el primer cigarro que fumé, fue el día que cumplí 12 años. Mi intimo amigo Damián le había sustraído a su tío un Marlboro y ambos buscamos un sitio escondido donde encender aquel filter que tras las primeras toses se adueñó de nuestros jóvenes pulmones. Los primeros escarceos con la droga legal eran maravillosos, nos hacía sentirnos mas hombres, era a parte de masturbarse, el único acto que uno hacía con su cuerpo de manera prohibida y a escondidas. Todo un reto para cualquier adolescente.
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