My life: Sobre perros y vecinas
"Le pedí mil disculpas a Marta por el comportamiento del perro, diciéndole que no sabía que el perro fuera agresivo. Ella, sonrojada y avergonzada, me dijo que no era mi culpa y se fue de vuelta a su piso".
Como todos los días sonó el despertador a las seis de la mañana. Aunque esta vez algo era distinto. Allí, tirada junto a mi cama, y aún con su vestido subido hasta la cintura y con las piernas abiertas, se encontraba la esposa de mi vecino del quinto. La observé durante unos minutos, dormida y con el semen ya seco sobre su coño y sus muslos. Me levanté de la cama, me duché, y como todos los días, salí de mi piso dirección a mi trabajo.
Un par de meses me encontraba desempleado y aún viviendo en la...