El compañero de viaje: Ezequiel. Parte 2
Segunda y última parte del relato de Ezequiel, el soberbio ejemplar de macho que me acompañó en uno de los últimos rincones del planeta. Por el día entre frondosos bosques, montes nevados, ríos atronadores y lagos de serena belleza; durante la noche en los juegos más duros, apasionados y morbosos.
Nos despertamos temprano y en el exterior llovía y hacía frío. Tras desayunar tomamos el bus que debía dejarnos a la entrada al sendero del glaciar. El bosque patagónico, húmedo y exuberante, nos recibió al bajarnos en la parada. En un claro del bosque a pocos metros del caudal un río tronador, había campamento compuesto por varias cabañas de madera en el que dejamos las mochilas y tomamos solo lo necesario para la ruta hacia el glaciar.
No paraba de llover en lo que ascendíamos paralelos al impetuoso...