Vacaciones en la sierra (10)

El cuerpo de mi hermana y el de la vecina son el premio especial de un concurso no apto para todos los públicos. Entre Manu y yo,sólo puede quedar uno...

Yo ya no sabía si era porque a esa edad uno aguanta lo que le echen, por morbo o por seguir aquella máxima que dice "de perdidos al río", pero la perspectiva diaria de alcanzar un nuevo nivel de depravación sexual en aquél círculo íntimo no me sorprendía significativamente. Pero las poluciones nocturnas debidas en gran parte a ese sueño más propio de una película de David Lynch que de un servidor no dejaban de preocuparme. Estoy casi seguro de que habían sido las sugerencias de mi hermana por probar c...

Vacaciones en la sierra (09)

Con mi hermanita uno no sabe cuándo se tocará fondo en la espiral de vicio que suponían las vacaciones. Normal que uno después tenga unos sueños de lo más extraño...

El cansancio acumulado durante esa tarde hizo que la pasásemos con total tranquilidad. Después de pasar un buen rato en el bar de la urbanización, aprovechamos las últimas horas de sol bañándonos en la piscina, esta vez sin practicar ningún tipo de "juego". Cuando mi hermana y yo llegamos a nuestra casa, nuestros padres no estaban, habían dejado un postit en la puerta diciendo que se habían ido a dar un paseo. La verdad es que atardeceres como aquéllos incitaban a pasear tranquilamente sin sucumbir al...

Vacaciones en la sierra (08)

Encontrar el lugar apropiado para seguir compartiendo el verano con los vecinos no es fácil, sobre todo cuando la sangre no se acumula en la cabeza para pensarlo...

Como pocas veces, según llegué a casa esa noche, me quedé dormido como un bendito nada más meterme en la cama. Y es que, como suele decirse, y en esta ocasión nunca mejor dicho, estaba follado. Folladísimo, vaya. A la mañana siguiente fue mi hermana la que me despertó. Abrir los ojos tras 8 horas de sueño y encontrarse con el escultural cuerpo de Laura ataviado tan sólo por el famoso bikini naranja, era un despertar cojonudo. Estaba visto que su iniciación a los vecinos en el mundo del incesto la hací...

Vacaciones en la sierra (07)

Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Y cuando en esas filas enemigas mi hermana y la vecina comparten algo más que ardor guerrero, qué mejor que unir fuerzas...

Todo ocurrió a la vez. Manu giró el pomo, le empujé para dentro y cerré la puerta tras de mí, en centésimas de segundo. Y el panorama nos dejó más helados de lo que estábamos, a todos. Lo primero que vi fue la cara de Alicia, sus ojos, que pasaron de una expresión de placer a una de miedo, de vergüenza y de humillación. Mi hermana tenía hundida la cara entre las piernas de la vecina, y aún tardó unos segundos en darse la vuelta para mostrar su cara llena de los flujos de Alicia. Ella por el contrario...

Vacaciones en la sierra (06)

Ni tiempo para descansar le dejan a uno. Tras cenar en casa de los vecinos, más de uno se queda con hambre...

Después de aquello, necesitaba una siesta de verdad. Tras vestirnos y recomponernos un poco, dejé a mi hermana estudiando por fin mientras yo salí a echarme un rato en una tumbona en el porche. Según me tumbé me quedé dormido como un bendito. Al cabo de cuatro horas que se me pasaron sin darme cuenta, fue el sonido de la puerta principal lo que me despertó. Era mi hermana, que venía de la casa de los vecinos.

  • Buenos días, dormilón -me dijo-. No te he querido despertar porque creo que te merecí...

Vacaciones en la sierra (05)

¿Cómo podría agradecerle a mi hermana su interés por conocer "más a fondo" a los vecinos?.

Antes de que nos vistiésemos y quitásemos el pestillo de la puerta una vez recompuestos cada uno en su lugar (yo tirado en la cama simulando echarme una siesta que en realidad ansiaba por lo cansado que me encontraba y Laura sentada frente a un libro en la mesa del escritorio), mi hermana prometió que haría lo que pudiese para que Alicia fuera mía. Y cómo evitar una pregunta que me rondaba la cabeza, si mi hermana estaría dispuesta a hacer un trío de llegar a conseguir follarme el cuerpecito de la vec...

Vacaciones en la sierra (04)

Una sobremesa bastante agitada...

Por lo general, cuando terminábamos de comer, mis padres solían pasar la sobremesa viendo la televisión, quedándose dormidos al poco de sentarse en el sofá por la modorra. También por lo general mi hermana se encerraba en nuestra habitación o en el comedor para estudiar las dos asignaturas que le habían quedado para septiembre y yo me echaba la siesta en una de las tumbonas del porche o en la habitación que compartía con aquélla cuando se iba al comedor. Y aquella tarde poco se iba a salir de lo norma...

Vacaciones en la sierra (03)

¿Qué puede tener de malo cambiarse de ropa delante de tu hermana?

De vuelta a casa a la hora de comer, encontramos a mi padre en la terraza de la piscina leyendo el periódico bajo una sombrilla y a mi madre en la cocina. Nada más entrar en la casa, fui a mi habitación para coger un calzoncillo y un pantalón corto de deporte y me metí en el baño con el propósito de cambiarme y de hacerme una soberana paja reteniendo en la memoria la imagen de Alicia en bikini.

Quitándome el bañador mojado, desnudo, me senté en la taza del water y, agarrándome con fuerza la poll...

Vacaciones en la sierra (01)

Ni en sueños podía imaginar que aquellas vacaciones, en pleno despertar a la adolescencia, iban a cambiar toda mi vida.

La historia que aquí empieza me hace retroceder 10 años, para contar una serie de acontecimientos que aún hoy me parecen increíbles. Antes de que me deje arrastrar por todos los recuerdos de aquella aventura (quisiera recordarlo como eso, como una aventura), me permitiréis que me presente. Me llamo Javier, tengo 25 años y por lo que respecta a mi aspecto físico, me centraré en los detalles de cuando contaba con 16 años de edad, cuando viví las que considero mejores vacaciones de mi vida. Tampoco es qu...

Vacaciones en la sierra (02)

Conociendo a los vecinos...

Tras dos fines de semana sin ir a la sierra por los exámenes, por fin nos fuimos mis padres, mi hermana y yo al chalet para pasar el verano. Cuando llegamos, un viernes a última hora de la tarde, nuestros amigos ya llevaban allí una semana, tiempo que habíamos tardado nosotros en arreglar el papeleo que suponía mi primer año de instituto.

Tras sacar unas cuantas cosas de la maleta, mi hermana y yo nos pasamos antes de cenar por casa de Alicia y Manuel, para ver qué tal estaban y para quedar para...