Carol (8)
Piensa en la mejor manera de despertar por la mañana y multiplícala por dos...
Sobra decir que aquella noche no tardé nada en quedarme dormido. Por un lado teníamos el madrugón que me había pegado el tan ansiado sábado y por otro el haber disfrutado de dos polvos de ensueño, descargando en el primero en el culito de mi anhelada Carol y en la cara de Mónica en el segundo. Si aquello no era licencia para quedarse como un tronco nada más apagar la luz que bajase dios y lo viese. Sintiendo la suavidad de la piel desnuda de Mónica contra la mía, el sonido de su respiración fue absorbido po...