Carol (8)

Piensa en la mejor manera de despertar por la mañana y multiplícala por dos...

Sobra decir que aquella noche no tardé nada en quedarme dormido. Por un lado teníamos el madrugón que me había pegado el tan ansiado sábado y por otro el haber disfrutado de dos polvos de ensueño, descargando en el primero en el culito de mi anhelada Carol y en la cara de Mónica en el segundo. Si aquello no era licencia para quedarse como un tronco nada más apagar la luz que bajase dios y lo viese. Sintiendo la suavidad de la piel desnuda de Mónica contra la mía, el sonido de su respiración fue absorbido po...

Carol (7)

El agotamiento me pedía a gritos la cama para tomarme un respiro, aunque en ella pueden hacerse cosas mucho más interesantes...

Tras un reparador baño de burbujas en el jacuzzi, en silencio, con el único ruido del agua como fondo, cominos tranquilamente. Una complicidad enorme reinó entre los cuatro, y tras una larga sobremesa pasamos la tarde dando un paseo por los alrededores de la casa. Antes de que oscureciese regresamos, y entre risas y conversaciones sobre cada uno de nosotros tomamos una ligera cena y decidimos dar por concluida la jornada, por el cansancio acarreado por el madrugón y la sesión de sexo y burbujas del m...

Carol (6)

Un largo fin de semana por delante. Una casa rural lejos del mundanal ruido. Dos parejas. Un jacuzzi...

De camino a casa de Mónica, pertrechado con un pequeño trolley, no dejé de pensar que por fin había llegado el sábado. No podía evitar sentir un cosquilleo en el estómago que no tenía nada que ver con el escaso desayuno, un simple café y un par de galletas. A las 8 y media de la mañana poco podía meterme para el cuerpo, precisamente por esa sensación de inquietud con la que me había acostado la noche del viernes. Estaba nervioso, aunque sabía que no tenía mucho sentido, puesto que en el hipotético cas...

Carol (5)

Demasiadas vueltas para proponerle a Mónica el plan del fin de semana con Carol y su novio, un plan que escondía intenciones de lo más estimulantes. Lo que aún no sabía es que Mónica también tenía sus secretos...

Si bien la mañana siguiente transcurrió con normalidad, yo me sentía en una nube. Por fin el cuerpo en un primer momento inalcanzable de Carol había sido mío. Aún dando cuenta de las maravillas que ofrecía Mónica, llevaba unos cuantos días turbado, desde la invitación al cumpleaños, pensando que el calentón in crescendo que iba apoderándose de mí día tras día, lo mismo se podría ver truncado por cualquier imprevisto, incluido el caso de que Carol, o su novio, se lo hubiesen pensado mejor. Pero el pasi...

Carol (4)

Sabiendo que la espera se me está haciendo cada vez más cuesta arriba, Carol propone enfriar los ánimos con una tarde de piscina para volver a templarlos con un recorrido demasiado temerario por sus curvas...

El verano en Madrid es lo que tiene, sus terracitas, sus cervecitas y sus tapas. Una cena tranquila en una terraza en la plaza de Santa Ana y un paseo encantador fue el broche de una tarde gloriosa que vino a estropear el sablazo que me costó el parking. Pero vamos, estaba yo para quejarme. Me despedí de Mónica hasta el sábado, y caí en la cuenta de que me tenía que inventar algo en el hipotético caso de que el siguiente fin de semana al que habíamos quedado quisiese también quedar para pasar el fin d...

Carol (3)

Sin poderme quitar de la cabeza la invitación de Carol, Mónica va desvelando su cara oculta, quedando atrás su imagen de niña buena...

Durante el camino de vuelta a casa, si dejaba de pensar en esa ineludible cita con el cuerpo de Carol en dos semanas, era para considerar la conveniencia de quedar esa misma noche con Mónica y poder descargar en ella toda la adrenalina acumulada esa misma tarde. Pero claro, se juntaban varios factores que me hicieron reconsiderar la idea: era lunes, era tarde, a la mañana siguiente ambos teníamos que trabajar, y no había cogido el coche para acercarme a Sol. Así que la idea de volver a echar un polvo...

Carol (2)

La noche fue bien con Mónica. Carol tampoco puede quejarse, según el relato del regalo de cumpleaños para su novio. Un regalo demasiado especial, contado con todo lujo de detalles...

Quizá sea por lo acostumbrado que está todo el mundo de ver las campanadas de fin de año por lo que la puerta del Sol parece ser el único lugar de Madrid apropiado para quedar con alguien. Y así pasa, que en la infinita originalidad de todo Dios que se pasea por estas latitudes, viene a quedar en el kilómetro cero, en la estatua del oso y el madroño o en la puerta de la pastelería La Mallorquina. Sabiendo que lo mismo aquello iba a estar, como de costumbre, atestado de guiris y de transeúntes varios,...

Carol (1)

Hay mujeres que a uno le vuelven loco. Mujeres que se convierten en obsesión. Y también hay veces en las que las fantasías se convierten en realidad en los labios y en los cuerpos de más de una mujer. Así es Carol. Así es Mónica.

Conocí a Carol hará un año y medio, recuerdo la fecha porque por aquél caluroso verano en el que descubrí sus curvas acababa de romper con mi chica. Tras un par de años juntos, decidimos seguir cada uno por nuestro camino por circunstancias que no vienen al caso, lo que me sumió en una etapa bastante dura en la que me centré en el trabajo y en salir con los amigos para hacerlo más llevadero. Tras un mes, los fines de semana resultaron más productivos y encontré otros labios furtivos en los que refugia...

Vacaciones en la sierra (12)

Entonces llegó el turno de Alicia. Mi cuerpo, el del vecino y el de mi hermana puestos al servicio de mi adorada Alicia. ¿Hasta dónde podremos llegar?

Durante la comida, interrumpida por una llamada de teléfono de mis padres para recordarnos lo que podíamos hacer para la comida pues ellos en ese momento estaban comiendo en un pueblo cercano con unos amigos, estuvimos charlando de lo bien que iba el verano. Poco a poco la conversación fue derivando hacia el estado en el que había quedado mi hermana tras los polvos que le habíamos echado.

  • Joder, estaba que me faltaba el aire, un poco más y me da algo -comentó.

  • Si es que con estos dos,...

Vacaciones en la sierra (11)

Por mucho que me empeñe en formalizar una relación con la vecina por el qué dirán, ¿quién renunciaría a seguir explorando cada uno de los rincones del cuerpo de mi hermanita?

Sentir el agua fría de la piscina bajándome la temperatura fue un alivio. A los pocos minutos notaba cómo la tensión acumulada en aquél polvo maravilloso iba disminuyendo, y empecé a relajarme, dejándome llevar en el agua, flotando boca arriba; no oía nada, ya que tenía la mitad de la cabeza dentro del agua, sólo oía sonidos atenuados, del mismo agua rebotar en las paredes de la piscina, y cerré los ojos. Noté unas manos que me sujetaban desde abajo por el cuello, y cuando miré me encontrñe con los oj...