Del otro lado del teclado

En busca de la pareja perfecta un chico de lo más normal se encuentra maniatado en el despacho de sus padres.

Era Diciembre, hacía frío y la humedad bañaba con un fino manto toda la superficie de la ciudad. Mi única compañía era una pequeña estufa negra, el ruido de la cual camuflaba con la música de Spotify, y unas cuantas mantas que junto a las sábanas de la cama me arropaban de una forma que nadie ha sabido hacer aún.

Ya había acabado los deberes, y el clima no invitaba para nada a salir a la calle, por lo que cogí el móvil y abrí Tindr, tenía una nueva “pareja perfecta”. Por tres fotos y una descripción i...