El paquete sin remitente
Recibo un paquete sin remitente que me lleva al orgasmo entre cientos de personas.
Vivo a las afueras y normalmente cuando compro algo por Internet los repartidores no saben dónde está la casa así que siempre me llaman para que les explique donde es.
Aquella tarde me llamó un nuevo repartidor, le di las explicaciones pertinentes y nos vimos en la puerta. Un tío fuerte, alto, con los ojos claros, el pelo castaño, con tatuajes y un septum. Era simpático y me hizo reír explicandome las vueltas que dio antes de llamarme perdido. No me pareció guapo pero era atractivo.
En los meses...