Una despedida muy especial

Se apartó ligeramente para desabrocharse el pantalón y sacó su miembro, que tenía un tamaño imponente. Se me hizo la boca agua nada más verlo. No me dio tiempo a más. Simplemente, y de un solo embiste, la metió en mi mojadísimo coño. Tuve que ahogar el grito para no hacer saltar la alarma entre los dependientes. Comenzó a moverse con fuerza dentro de mí. Cada embiste era más fuerte que el anterior, mientras sus manos torturaban mis pechos y clavaba su mirada en mis ojos a través del espejo. Buena zorra, sí señor. Qué gusto me da tu coño - decía él, mientras me follaba.

Quedaban tan sólo tres semanas para la boda. Estaba nerviosa con todos los preparativos, y bastante insegura, respecto al paso que iba a dar.

Una amiga me llamó aquel sábado por la tarde y me invitó a salir a tomar una copa.

Debemos aprovechar el tiempo que nos queda- me dijo.

Cuando te cases ya no te voy a ver el pelo. Y me decidí.

Me preparé a conciencia para esa especie de despedida improvisada que se planteaba para aquel sábado de principios de junio. Me decidí por un vestido...

Un trayecto muy placentero

El hombre, en vez de intentar apartarse, comenzó a moverse hacia mí, y pude notar, con total nitidez, su polla, presionando mi culo a través del ajustado pantalón. Me empecé a poner nerviosa, no podía moverme y no sabía que hacer. Unos segundos después noté su mano, disimuladamente, posarse sobre mi nalga derecha y, sin ningún tipo de miramiento, comenzó a sobarme.

Este relato es completamente real.

Vivo en Madrid, la capital de España, desde hace un año. Me ha costado trabajo adaptarme al ritmo de esta ciudad, ya que soy de una pequeña provincia del norte.

Lo que peor llevo son las distancias y el metro. No me acostumbro a ir en el vagón, rodeada de gente extraña que ni siquiera se atreven a mirarte a la cara, y donde nadie parece prestarle atención a lo que le ocurre al de al lado.

Esto que voy a contar me ocurrió hace unos días.

Había q...

Imaginate frente a mi

“Imagínate frente a mí, desnuda, con los ojos vendados, de espaldas a mí, notando mi mirada en tu espalda, tus piernas, tus magníficas nalgas. Sientes mi dominio sin ni siquiera tocarte?” Aquellas palabras, que provenían de mi psicólogo, en una conversación por Internet, me dejaron helada. Todo tenía un porqué: ¿Cómo había llegado a esa situación con él?

"Imagínate frente a mí, desnuda, con los ojos vendados, de espaldas a mí, notando mi mirada en tu espalda, tus piernas, tus magníficas nalgas. Sientes mi dominio sin ni siquiera tocarte?"

Aquellas palabras, que provenían de mi psicólogo, en una conversación por Internet, me dejaron helada. Todo tenía un porqué: ¿Cómo había llegado a esa situación con él? ¿Realmente lo deseaba?

El día que le confesé mis gustos, mi inclinación hacia el mundo del BD/SM todo cambió… fue a través de un e-mail, h...