Mi Cuñada, divina obsesión...
Hay veces, en que nuestras obsesiones nos alcanzan, cuando menos lo esperamos y nos descubren que todo es posible.
Cuando cerré la puerta tras de mí, me quedé pensativo, intentando adivinar si todas sus acciones de aquella tarde, habían sido lo que parecían..., voluntarios movimientos de insinuación intentando seducirme, o si por el contrario, era mi imaginación, la que, nublada por mi deseo hacia ella, me estaba jugando una mala pasada....
Había ido a su casa, para instalarla un ordenador usado que la habían regalado dias atrás, y de paso, darla unas lecciones básicas para manejarlo. Ella era mi cuñ...