Hasta que seas mía...
Mis manos fueron hacia su pelo, rizado y húmedo, que tanto me gustaba acariciar, en nuestros ratitos a solas... Ahora era distinto, deseaba poseerla, deseaba que fuera mía para siempre, perderme en su cuerpo, y que nadie me encontrara, de entre tanto éxodo de placer.
HASTA QUE SEAS MIA…
“Desde mi asiento de ésta aburrida clase, la observo, a ella, sólo a ella, a María, la dulce y bella María. La chica de mis sueños, la mujer de mi vida… Y no sólo digo esto porque sea mi novia, es la típica chica que cualquier hombre (o mujer) quisiera poseer al menos una vez en la vida. Bueno, de hecho yo todavía no he tenido oportunidad de intimar con ella, y eso que llevamos casi un mes juntas. Pero la quiero, la admiro, y la deseo tanto… que no me importa esperar el tiempo que...