En el bazar de Túnez vi

Ya no tendrán que esconderse. Juan vino a casa para follarse a Estela con mi permiso.

  • La verdad, Estela, si te soy sincero, es que me excita mucho que pueda venir a casa para follar contigo. No sé si será normal esto, no sé ni de dónde me viene esta excitación, pero sí te puede decir que me da un poco igual saber su origen porque saber que tú disfrutas es algo que aún me excita más. Sé que la gente lo vería mal y por eso te pido que no se lo contemos nunca a nadie,pero Dios mío, cuánto me excita.

-¿ De verdad?. ¿ Y no sabes por qué?.

-No, la verdad es que nunca me había pasado....

En el bazar de túnez v

Hemos sido un triángulo y entre aburrirnos y disfrutar, elegimos esto último.

Piensa bien, lector/a qué momento de tu vida marcó tus filias y tus fobias en materia sexual. Quizás ni lo recuerdes y para llegar a él tengas que escarbar en años de terapia freudiana. Además, te parecerá que tus gustos son los mejores y los de los demás, algo inexplicables, tristes o patéticos. Pero si lo piensas bien, querido lector/a, las categorías de esta página son, nada más, una pequeña muestra de cuán rica es la gama de filias sexuales. ¿ Qué te la pone dura? ¿ Qué hace que tu ropa interior se pong...

En el bazar de túnez iv

Estela se está desatando y actúa a mis espaldas. El mensajero del trabajo se la está tirando y no me ha contado nada. Antes su infidelidad consentida era un juego, ahora, parece ser su modus vivendi. Sólo que ahora, yo no sabía nada.

Aquel tipo, el tal Juan, era un tarugo musculado y tatuado que llevaba a la notaría en la cual trabajaba Estela la mensajería con los documentos de los clientes. Por lo visto, como me enteré después, pasaba por allí a diario y el tipo, al ver a Estela, sexy y elegante en la recepción de la notaría, le tiró la caña y pescó, ya lo puedo jurar. Pero de eso me enteré unas semanas después.

Ese mensaje que le envió el tipo y que yo pude leer, por encima, justo cuando se iluminó el teléfono, llegó el día des...

En el bazar de Túnez iii

Vueltas a las andadas ya en Madrid pero sin Ibrahim.

La verdad es que después de haber vivido las experiencias tunecinas yo tenía bastante temor por calibrar si todo eso podía afectar a nuestra vida cotidiana. La verdad es que volvimos a la normalidad de nuestras cotidianas rutinas. Estela con su trabajo en una notaría y yo trabajando en la editorial. Por lo que respecta a nuestra vida social era la de siempre. Quedábamos con nuestras respectivas familias de vez en cuando y con nuestros amigos. Por lo que respecta a la vida sexual, de vez en cuando, nos ponía...

En el bazar de Túnez ii

Después de unos días de sol y playa, volvimos a aquel bazar a que mi mujer recibiera su ración de sexo y morbo. No pudimos evitar entregarnos a aquel tipo.

Los días que pasamos en la playa, descansando, fueron un continuo recuerdo que mantuvo nuestra llama incandescente. Cuando volvíamos a la habitación del hotel, nos buscábamos y terminábamos en la cama, entre jadeos, hablando del regreso a la capital. En plena excitación, habíamos firmado, en cinco días, varias veces la intención de regresar a aquella tienda. Cuando terminábamos de follar, ni lo hablábamos, temerosos quizás de que se impusieran nuestros miedos, o los tabúes que nuestra educación o nuestros v...

En el bazar de Túnez

Fuimos de viaje de a Túnez y aquel tendero metio mano a mi mujer, excitándola y subyugándola a ella y cambiando mi vida sexual para siempre

Ese verano elegimos viajar a Túnez y no recuerdo muy bien cuál fue el motivo. Resultaba más barato que otros destinos y alternaba unos días de playa con un tour por el país. Antes de montarnos en un autocar que nos llevara a la playa puesto por la agencia de viajes, decidimos acercarnos al zoco para matar algunas horas.

Allí mi mujer llamó la atención, como todas las occidentales que se adentraban allí, vistiendo al modo occidental. Después de pasar calor y sudar viendo algunas tiendas que no terminar...