¿Te has quedado a gusto, hijo mio? 3

Los escarceos amorosos entre madre e hijo, afloran a la luz finalmente el secreto morbo exhibicionista y sumiso de la madre, yéndose de las manos la situación hasta limites insospechables

Tras aquella segunda experiencia de placer desenfrenado con mi madre, la cual, a modo de “recuerdo”, había dejado impresos sus dientes en mi dolorida barbilla, al morderme mientras su cuerpo se debatía entre los estragos de un monumental orgasmo, los días posteriores transcurrieron con cierta “ normalidad ”.

Digo “cierta” normalidad, ya que, el frenesí con el que nos habíamos revolcado obscenamente en su cama, podría haber acarreado “consecuencias” al encontrarse mi madre aún en edad “fértil”.

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¿Te has quedado a gusto, hijo mio? 2

Ahora una promesa incumplida se vuelve a ir de las manos

Tras aquel inolvidable día en el finalicé penetrando e inundando de semen caliente y espeso el cuerpo de mi propia madre, tras lo que había comenzado como un simple e inocente “juego” de intercambio de golpes con almohadas, los días transcurrieron sin que no solo no se repitieran los hechos, si no que, incluso, su rostro evidenciaba una preocupación o arrepentimiento profundo, aparentando intentar evitarme.

Por mi parte, en ningún momento sentí haber hecho nada malo, todo lo contrario, aquella experie...

¿Te has quedado a gusto, hijo mio?

Una "batalla" entre madre-hijo a golpes de almohada que se va de las manos

Lo que os voy a narrar sucedió años atrás.

Por aquellas fechas contaba con 20 años y al ser estudiante compartía domicilio con mi madre.

Ella, de 45 años, separada, 1,65 de estatura, morena, pelo corto, de rostro extremadamente dulce y afable, caderas anchas y trasero prominente, aunque no en exceso, y pecho poco voluminoso, se trataba de la clásica ama de casa de vida monótona y con el único “vicio” de devorar cuantas telenovelas o programa de chismorreos salieran en televisión.

Yo, extre...