Ventana, desayuno y baño
Un joven se levanta por la mañana muy caliente. Se acerca a la ventana y coincide con una vecinita que vive enfrente. Ambos hacen un juego de exhibición que se les lleva a una gloriosa masturbación.
Me despertó el roce de las sábanas contra mi piel.¿Qué día era?. Domingo, el reloj marcaba las 13h30, había salido la noche anterior y pese a haber bebido bastante parecía que no iba a tener resaca. Me removí en la cama y sentí que mi polla rozaba contra las sábanas y es que tenía una erección enorme. Me levanté fui al baño y meé a gusto, pese a lo cual mi empalmazo continuaba; me lavé la boca, y esperé a que aquello bajase, pero no había nada que hacer, seguía más dura que una pared roja marcando las venas...