Mañana de calentón
Los astros se alinearon aquella mañana para ponerme bien caliente, pero yo tenia un as en la manga.
Aquella mañana de domingo, una llamada insistente e inesperada al portal, interrumpió lo que estaba siendo hasta ese momento una deliciosa mamada que mi mujer me estaba haciendo después de ducharnos juntos, como preludio de un buen polvo sin ninguna prisa. Mi mujer recordó algo entonces y se apresuro en sacar mi verga de su boca entre risas, dejándome terriblemente empalmado.
-“¡Jooder, no me acordaba, jajajaja!, Es mi hermana, Julia. ¡Dijo que vendría a buscarme y no me acordaba! ¡Lo siento cariño j...