De cerda a yegua
Mi cerda fue escendida, ahora es yegua. Cada día está más apetecible de esa manera.
Han transcurrido más de seis años desde que mi cerda y esclava me pertenece totalmente en cuerpo y alma, desde que la tengo en casa, totalmente sometida, sin sus brazos, anillada, castigada, enmudecida para siempre, humillada y degradada a tal punto que ya no es una mujer sino que es exactamente lo que dije al inicio, una cerda.
Mis expectativas con relación a su sometimiento y mi goce habían sido superadas totalmente hace ya mucho tiempo, pero ella, la cerda, parece ser que aún está dispuesta a...