Shanna
Follada en un barrio marginal.
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La placentera y refrescante ducha pronto dejo de hacer efecto sobre aquel cuerpo esculpido y mimado; Shanna rodeaba su muñeca con un reloj de Hermés, regalo de uno de los tantos admiradores, iba a ser de los pocos complementos que aquella noche luciría, lo imprescindible para cumplir a la invitación de una fiesta nada deseada en una noche calurosa y silenciosa, ya que los meses de agosto las grandes ciudades se transforman en calles desérticas; Shanna elevo por sus interminables piernas...