Diario de una comida
Todo empieza con un masaje a mi novia y acabo comiéndole el coño
Cuando llego a la habitación tú ya estás en la cama. Sin hacer ruido me quito las zapatillas, los pantalones y me meto bajo las sabanas. Lo primero que noto es tu calidez. Estas tendida boca abajo y como único saludo te doy un beso en la oreja. Veo que llevas ese pijama de conejitos tan mono, tendido a tu lado meto la mano por debajo de la tela y recorro tu espalda. El sentir tu carne tibia hace que me anime a continuar con las caricias. Te levanto la parte de arriba del pijama y te la dejo anudada alrededo...