Algo íntimo de mí

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Llevaría mucho tiempo explicar lo que incitó a una joven rubia apasionada, cálida y seductora a iniciar sus andaduras por las sendas de la vida subida a sus preciosos y codiciados Tacones Rojos.

¿Por qué unos Tacones Rojos? Las respuestas pueden ser muchas, pero sin embargo, mi opción fue esa porque para mí significan fuerza, atracción y poder. Es un objeto de culto para muchas mujeres y fetiche incondicional para muchos hombres. ¿Qué misterioso secreto puede esconderse sobre unos Tacones Rojos?...

Encuentro furtivo

http://www.bubok.com/libros/3462/Diario-de-los-Tacones-Rojos Libro ya disponible a la venta http://diariodelostaconesrojos.blogspot.com/

Mi cuerpo, como un imán, al notarle allí tan cerca, se quería unir a él. Tenía unas ganas inmensas de arrancarles los pantalones, de pedirle que dejara todo, incluyendo a su novia, que al igual que yo había dejado de lado otros aspectos de mi vida. Había sido el que me había impulsado a conocer cosas nuevas, a ilusionarme por comprar ropa interior y estrenarla con él, mientras me la quitaba a bocados . ¿Qué iba a ser de mi vida? ¿Y si seguía todo como estaba? Pero había tomado una decisión. Eso,...

Un final, siempre es el principio...

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Os escribo desde la lejanía que me permite un portátil en cualquier lugar del mundo, perdida del resto de la humanidad, alejada del pasado que me persigue, de los hombres que quisieron atraparme y no pudieron, de aquellas historias que viví y no pudieron ser. Otra vez.

Ahora me doy cuenta de todo. Aquella noche, unas copas de más, una canción añeja de fondo, un sofá negro y unas velas encendidas sobre una mesa. Un hombre y una clara intención. Mis manos se rindieron a las palabras de un caballer...

Entre dos Hombres

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A pasado el tiempo. Aún así, hay cosas que permanecen en la memoria. Y sí, han pasado muchos momentos, él se fue, pero vinieron otros.

Primero vino uno que sació la añoranza de un amor prohibido, silencioso entre las sábanas de hoteles perdidos, cauto entre las palabras que se esfumaron sin hace ruido. Iba a mi lado, pero no conmigo. Sentía que le quería y al instante, sentía que ya no era mío. Pero sigo con él. La soledad me recuerda aquello que no fue, y la memoria traicionera me da un vuelco y...

Tacones de París

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Había estado durante un tiempo dándole vueltas al asunto. Me lo había encontrado de casualidad, un día de esos en los que la lluvia incesante te cala por todos lados. Andaba con prisa y deseosa de llegar a casa y darme una relajante y aromática ducha.

De repente, entre la multitud de paraguas, encontré una mano que se me tornó familiar. Al principio no le di importancia, pero conforme nos íbamos acercando, mi corazón iba aumentando de ritmo, palpitaba con más fuerza, me impulsaba hacia él, como...

Una cita muy esperada

Hace ya tiempo que no he vuelto a saber de él. Nuestras vidas, muy posiblemente han cambiado por completo. Lo sabe. Yo también.

Hace ya tiempo que no he vuelto a saber de él. Nuestras vidas, muy posiblemente han cambiado por completo. Lo sabe. Yo también.

Nos hemos cruzado por la calle, nos hemos mirado a los ojos y ha sido imposible no recordar lo que fue aquella pequeña gran aventura que vivimos hace ya casi tres años.

¿Habrá vuelto a pensar en aquellas tardes perdidas en algún lugar del mundo, a escondidas de los demás, rodeados de sábanas blancas, olor a incienso y algunas velas encendidas? ¿Se acordará de cómo...

A dos Bandas

Volvía de camino en el coche. Con el brazo colocado sobre la ventanilla y los dedos sobre los labios, mientras pensaba.

Volvía de camino en el coche. Con el brazo colocado sobre la ventanilla y los dedos sobre los labios, mientras pensaba. La brisa me rozaba y el pelo ondeaba a su antojo. Unas grandes gafas de sol me cubrían la cara casi al completo. Él y yo. Yo y él. Dos personas antes desconocidas que nos unimos por fruto del azar. Dos cuerpos que se atraían mutuamente, sin necesidad de que mediara palabra alguna, ya sabíamos lo que necesitábamos, lo que queríamos, lo que nos deseábamos. Me había acordado de aquell...

Habitación 739

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Habíamos quedado en el aparcamiento del hotel. Ni el quería que se enterara su novia, ni yo que me viera mi marido. Apresurada por la hora que era y con mi bolso de los secretos encima, me quede en la puerta. El, como siempre, muy puntual, me miro con recelo. Disponíamos de una hora. Y ya solo nos quedaban 59 minutos...

El, había reservado la habitación. Paso por recepción y cogió la tarjeta. Nos dirigimos con cautela al ascensor. Nadie nos había visto. -Subimos al séptimo, cielo.

Aqu...