Veneno (V)

De cómo el vicio tiene un precio

Apenas habían transcurrido tres horas de aquel encuentro cuando llamaron a la puerta de casa. Aún era relativamente temprano por la mañana y no esperaba visita alguna. Rápidamente me quité el pijama que me había puesto otra vez y me puse lo primero que encontré.

-          ¡Un segundo! ¿Quién es?

-          Soy María - ¿María? ¿Qué María? Su voz me resultaba algo familiar, pero no conseguía situarla en ninguna situación, y menos que estuviese llamando a esas horas de la mañana ¿Acaso me emborrac...

Veneno (IV)

De cómo el vicio te persigue de cualquiera de las maneras

IV

Había pasado mucho tiempo de aquellos días frenéticos de sexo en la playa. La rutina, como cada invierno, se había apoderado de mi vida. Sólo mi visita periódica al gimnasio rompía medianamente el aburrimiento de la jornada laboral.

Pese a llevar bastante tiempo en él, durante largo tiempo nunca me percaté que éste tenía una piscina, convirtiéndose entonces en el pequeño gran descubrimiento. Para mayor rareza de mi tardanza, cabía decir que además era bastante fácil llegar a ella desde el...

Veneno (III)

De cómo una ex-novia me incitó a explorar los caminos de la bisexualidad

III

Existe una gran diferencia entre ir a una playa nudista por el mero hecho de estar cómodo y bañarse en la playa desnudo, al de ir con claras intenciones sexuales. En el primero de los casos uno siente absoluto relax; en el segundo un cosquilleo y una presión nerviosa por todo el pecho. Faltaría sólo una hora de sol, cuando hice presencia en dicha playa naturista.

Tal como mi amiga había vaticinado el día que hablamos en la misma playa, pocos usuarios quedaban esparcidos por la playa a estas...

Veneno (I y II)

De cómo una ex-novia me incito a explorar los caminos de la bisexualidad. Capítuos I y II han sido publicados recientemente, pero al haberlos escrito directamente en la web, no tuvieron la revisión pertinente. De esta manera vuelvo a subirlos corregidos. Espero que os gusten...

I

Hace ya muchos años de aquella vez, cuando un día jugando en la cama con mi chica de entonces, me sugirió una idea por aquel entonces perturbadora. Realmente éramos dos viciosos del sexo, probando tantas posturas y fantasías como se nos ocurrían. Ese día, mientras almorzábamos, me había dicho que su anterior ex tiempo después de dejarla había salido del armario y que frecuentemente se acostaba con chicos. Poca atención le había prestado a este asunto; tal vez un "¿cómo cambiarse de acera, estan...

Y desperté...

Historia de un inusitado secuestro.

Somnoliento, abrí los ojos y me di cuenta que estos habían sido vendados. Me hallaba desnudo y atado a juzgar por el roce de mis brazos con la piel, ya que todo lo que veía era negro. Nada parecía indicarme dónde estaba, qué día era y cómo había llegado a lo que parecía una silla de madera. Ciertamente, me hallaba desnudo, vendado y bien atado a una silla. Si bien al principio parecía estar aturdido, poco a poco iba cobrando la conciencia.

Fue entonces cuando me colocaron algo para esnifar directament...