Revelaciones de un cuerpo

Sonia, tras lograr sentirse en su propia piel, experimenta con su nuevo cuerpo, descubriendo lo feliz que puede llegar a sentirse. ¿Quién revelará los secretos del sexo a la protagonista?

Nunca me había planteado el sexo por dinero como una opción real; bueno, ni como una real, ni como ninguna, pero la decisión estaba tomada y era demasiado tarde para echarse atrás.

Sabía que muchas chicas como yo lo hacían, pero jamás hubiera pensado que sería la opción que tomase. ¿Qué pensarían mis padres si me vieran en aquella situación?, no quise ni cuestionármelo.

Inspiré profundamente y me preparé para lo que tuviera que pasar, al fin y al cabo, había sido una decisión voluntaria y, a...

Elena y un final inesperado.

Le encantaba todo de Elena, pero aquellas tetas de carne trémula, de piel suave y de tamaño justo para sus manos, le atraían como un imán.

Muchos feligreses se sentían sobrecogidos por la magnificencia de las amplias naves del templo, pero no era así para alguien que tenía aquel lugar como un punto de encuentro entre viejos amigos. El inquietante silencio resultaba tranquilizador para el padre Arteaga; las imágenes y los grabados, que algunos reverenciaban, evocaban todo tipo de recuerdos felices en la mente del sacerdote; el rostro de aquel cristo torturado era el del amigo que le había acompañado todos aquellos años.

Anduvo con paso...

Elena o el amor fraternal

Mientras preparaba la parte superior del pijama, el joven no pudo dejar de observar las tetas de su madre. “Para tener cincuenta tacos no están nada mal”, se dijo mientras, temeroso, posaba una mano tiernamente sobre la mórbida carne.

El padre Damián, ayudante del contable de la Casa Profesa, se deslizó dentro del despacho con su acostumbrado sigilo. Javier Arteaga, con cara de frustración,  daba suaves golpecitos a un vetusto ordenador personal.

–Alguien desea verle, padre –dijo en voz baja el circunspecto religioso.

–Bien, hágale pasar –respondió con indiferencia mientras aporreaba con insistencia las teclas de la computadora.

Un joven alto, completamente desconocido para Javier, entró en el reducido despacho. A...

Elena y unos celestinos muy fogosos

Se la metió de un solo golpe, tenía la vagina ligeramente irritada por la penetración anterior, pero no le importó lo más mínimo, la necesitaba dentro. Comenzó un movimiento circular de las caderas sin permitir que aquel falo se saliera ni un milímetro.

–¡Mamáaa! Es Marina, que si quedáis, que tiene un amigo que está deseando conocerte.

–¿Se puede saber qué hablabas tú con Marina durante un cuarto de hora? –cuando Elena vio que su hijo se lanzaba sobre el sofá con el teléfono en la mano, jamás imaginó que la llamada fuera para ella. ¿Qué tenía que hablar su hijo con su amiga?

»Hola Marina. ¿De qué hablabais tú y mi hijo?

»Sí, claro. De nada importante y seguro que era de algo que no me atañe a mí, ¿no?

»No me cambies de tema, y no,...

Elena o el reencuentro con el pasado.

El paso de los años no ha aclarado los sentimientos de Elena. El reencuentro con la persona más importante de su adolescencia y su evocación en momentos íntimos tal vez le ayuden a despejar dudas.

El tibio sol, de una mañana de principios de primavera, caldeaba las ya de por sí sonrosadas mejillas de Elena.

Había postergado aquella visita durante más de un mes. Se habían agotado las excusas y debía dar aquel paso. Los días lluviosos fueron el primer pretexto; las fiestas patronales, con sus monumentos, sus procesiones y su pólvora por todas partes, también sirvieron para justificar la demora.

Externamente no se podía apreciar ningún síntoma de nerviosismo. La madura elegancia en el porte,...

Lentamente amaneció.

Advertencia de contenido extremadamente sensible. La sodomizó sintiendo el gran placer que recibía su cuerpo, pero también la profunda tristeza de su alma

A un par de horas para el amanecer, la niebla parecía un sólido muro en las viejas callejuelas. El inquietante silencio se acentuaba en contraste con el rumor de un motor diesel. Un individuo enorme emergió tras un contenedor de basura, sosteniendo una voluminosa estufa de butano. Se acercó a la parte trasera de la furgoneta y tras descargar volvió para recoger una mecedora, con el barniz en muy malas condiciones, pero con la estructura intacta.

Cuando entró en el austero habitáculo, dieron las señale...

Tyrion Corazón de León

Coloqué una de mis manos sobre su vientre y fui descendiendo hacia su coñito; debía ir preparando la situación para embestirla con todo. Comencé a torturar su perlita con movimientos extremadamente lentos y delicados.

—Vengaaa, porfa, porfa, porfa. –Llevaba un buen rato suplicando y a aquellas alturas ya había perdido toda la dignidad pero es que la abstinencia era muy mala—. Porfaaa.

—¡Que no!, no te pongas pesado –contestó mi hermana por enésima vez, con la voz atenuada por tener medio cuerpo dentro del ropero.

Llevaba un mes sin meter en caliente y comenzaba a sufrir calambres en el antebrazo derecho. ¿Pero qué le costaba uno rapidito?, la única vez que lo habíamos hecho, ella había disfrutado tanto co...

Tyrion Corazón en llamas.

Entrar allí fue algo indescriptible, mi ciruelo se acopló como si estuviera hecho para aquel coñito. Una vez la tuve toda dentro, una extraña sensación de vacío se alojó en mi estómago. Dejé de comerme sus tetas y me quedé muy quietecito, intentando sentir cada milímetro de carne que estaba dentro d

Estuve un buen rato mirando uno de los ositos que llenaban mi slip de pequeñas huellas, dibujando un estampado de lo más infantil. Aquel en concreto parecía haber engordado hasta alcanzar el doble del tamaño de los demás, consecuencia de quedar justo por encima de mi erección matutina.

Llevaba un tiempo concentrándome para que mi rabo volviera a un tamaño normal. Mi vejiga estaba a punto de explotar, pero con aquel mástil era imposible ir al baño, si no quería dispararle a la tapa del retrete, ganándo...

Tyrion de Lannister

En aquel momento, con mi hermana arrodillada junto al bidet y sus tetas, cubiertas tan solo por el sujetador, a centímetros de mis manos, comenzaba a perder la noción de la realidad. Tuve que hacer un tremendo esfuerzo para no agarrar una de ellas y empezar a sobarla con desesperación. Interrumpir a

En el último mes las cosas habían cambiado mucho en mi vida. Ahora tenía una novia que se tomaba muy enserio su papel; teníamos que ir al cine, a pasear y a cenar juntos. ¿Y follar?, bueno, en eso iba haciendo algún progreso pero había resultado más tozuda de lo que mis habilidades de seducción podían superar y, mi querida Inés,  aún permanecía virgen. Tocamientos y pajillas mutuas casi todos los días pero de meterla en caliente ni flores.

Elsa me visitaba noche sí y noche también en mi habitación....

Tyrion IV. El Conciliador.

¿Cómo se habrá tomado María la relación de su hermanito y su prima?, ¿podrá Tyrion acabar acostándose con su hermana?, ¿qué pintan en la historia los personajes secundarios?, ¿podrán Elsa y Tyrion seguir follando alegremente? Aquí algunas de esas respuestas.

Volví a llevarme el teléfono móvil a la oreja. No, aquel tic tac definitivamente, solo sonaba en mi cabeza. Hacía más de una hora que mi hermana y Elsa se habían marchado. La primera para verificar que mi prima cumplía su palabra y quedaba con el chuleras de la moto a tomarse una cerveza. María era muy desconfiada y ni siquiera la palabra de mi prima le había bastado.

Hacía una semana de la “pillada” y habíamos comenzado a cumplir parte del trato al que días después llegamos. Aquella tarde, la discusi...