Provocando y provocado por unos pechos
Maite y Sergio, madre e hijo soportan el confinamiento, y el juego se les va de las manos
Maite, de 40 años, sabía de las hormonas alteradas de su hijo de 24, era lógico, y más estando confinados desde hacía 1 mes. La convivencia no era mala, para nada, pero sí que ambos necesitaban desfogarse. A Marcos, el padre de Sergio, le pilló la pandemia en Alemania y estaba encerrado en hotel con cuatro compañeros de trabajo, así que Maite estaba sola y libre en casa con su hijo.
Maite se había dado cuenta de que le miraba el escote cuando ella, estaba cocinando o limpiando el piso. Lo sabía, le gu...